Friday, June 17, 2005

EVIDENTEMENTE.... CONTINUA LA HISTORIA

"EVIDENTEMENTE DESCENDEMOS DE LOS MONOS..."
Evidentemente descendemos de los monos, me dije al observar escondida detrás de esa gran roca, aquel clan junto a la fogata.¡No podía creerlo!, atónita observe el espectáculo cuando de pronto el entrechocar de las rocas me indicó que la peña se había cerrado. Traté de escapar entrando de nuevo en el ave nocturna, pero ya era demasiado tarde...El miedo me invadió, mi espíritu abandonó el ave y me mantuve flotando por un instante, escuchando resonar claramente las palabras del Tío Eynar y recordando la forma en que había ido a parar en aquel lugar y como había terminado metida en semejante lío....
Sábado al medio día suena el teléfono.- Antojitos hechizados, buenas tardes ¿que desea ordenar?- Hola Cecy, habla Guendi- ¡Que tal Guendi! ¿Cómo van tus vacaciones?- De maravilla. ¿Estarás muy ocupada mañana?- Nada especial ¿por?- Roshellita dará una pillamada mañana e invitó a los niños de Beba, a la Tolonchas, a la Marchantita y a David para festejar el día del niñoAprovechando la diferencia de horarios, la Rana organizó una carnita asada y nos ha invitado a todos ¿Quieres ir? ayer preparé mi receta fácil y tengo suficiente para que todas puedan probarla.- Órale, yo llevo los pastes-Shelle me dijo que pasará mañana a tu casa por su hechizo para el tiempo y queremos pedirte un favor-¡claro!, dime-¿Puedes llevarlos en tu dragón a casa de Rosellita?-Si, no hay bronca, mándalos para acá-Ahí te estarán esperando Xana y Melytta para que se vengan todas a Chiwas-Así le hacemos, yo paso por ellas-Otro favor más, ¿Puedo enviarte a Uva meme para que juegue con Sagwa?-No hay problema, mándala, se harán compañía y de paso cuidan la casa-Bueno, entonces alístate para mañana-Ok, nos vemos mañanaDomingo 9:30 AM:-Antojitos hechizados, buenos días ¿que desea ordenar?-Mujer como andamos!?!?!?!.... ¿Te da tiempo de mandarme tres órdenes de lo de siempre?-Hola Pacha, –respondí extrañada- claro, aún estoy esperando a Shelle, pero... ¿No irás a la carne asada?-¡Changos!, no, Piel aún está convaleciente, Fabrizio me llamó hace un rato para ir a visitarla y estaremos con ella la mayor parte del día.-Que mala onda que no podrán ir, pero en fin, ¿que se le va a hacer?, ya será para la próxima. Bueno, nos vemos porque está sonando el timbre, salúdalos de mi parte y te voy a enviar algo para Piel.- Sale, nos vemos
Abrí la puerta y entraron Shelle y Fairywindy seguidas de Alex, Darío, Abril y la Tolonchas que traía entre sus brazos a la gatita UvaMeme.-¡Hola Cecy! –saludaron a coro los niños, al tiempo que por la ventana entraba el pez volador enfundado en un bonito uniforme con el logo de “Antojitos Hechizados”. Al escucharlo, todos volteamos a verlo y los niños aplaudieron entusiasmados mientras el pez se lucía ejecutando un rizo doble antes de aterrizar sobre la mesa.-¿Y ese pez que hace aquí?-Preguntó Shele--El psicólogo que atiende al oso bipolar de Deíctico le recomendó a Rax terapia ocupacional para el pez, así es que lo envió a trabajar conmigo y lo tengo aquí desde la semana pasada. Es muy eficiente, entrega de volada los pedidos y como le encanta lucirse tiene fascinados a los clientes y le va muy bien con las propinas– contesté al tiempo que le entregaba al pez una caja con tres tortas de suadero y una orden de pollo en mole rojo y otra caja mas con chalupas, pambazos y barbacoa-La primera es para Pacha, le dices que el mole es el remedio para que se alivie Piel- le indiqué -y la otra se la llevas a Adriana, después nos alcanzas en el día de campo-El pez nos saludó al estilo militar y con un zumbido salió por la ventana.-Por ciento Shelle, ya está listo tu encargo- y le di una cajita con el medallón del tiempo-¡Que bien! ¿Y como se usa?-Mira, con este botón podrás detener el tiempo y si oprimes este otro, sirve para regresar al pasado. Viene con un manual y no te será difícil aprender a usarlo. Bueno, pues vámonos –agregue mientras shelle se ponía el medallón al cuello -¿Todos listos?--¡Siiiiii....!, gritaron a coro los niños. Se pusieron sus gorritos, los gogles, tomaron sus mochilas, y salieron al patio donde nos esperaba el DragónEn eso escuchamos un croac, croac y de una nube de humo multicolor apareció Raistlin que nos saludó con una inclinación de cabeza y un:-¿Llego a tiempo?-Claro- contestó Fayry-¿Vendrá Kalf?-llamó diciendo que nos alcanzaba allá- respondí- al parecer todos sus zapatos decidieron salir de paseo y tuvo que mandar a los duendes a conseguir un par nuevo.
-Adelántate con los niños -indicó shelle-Fairy, Raistlin y yo pasaremos por La Rana para acompañarla al súper a comprar una botella de Tequila. De ahí nos vamos por la comadre, por la Flaca y por Guendi.Las estaremos esperamos junto al lago.-¡sale, allá nos vemos! Raistlin las cubrió con su negra capa y desaparecieron los tres.
-Ya es tarde - me dije mientras terminaba de meter lo más indispensable en mi morral: El manual contra zombies que me regaló Deimos, la cola que compre en el nuevo negocio de Camila y un frasquito de aceite de orégano que me obsequió Jibril-Mas vale estar prevenidos- pensé y tomando la caja de pastes, le di las últimas indicaciones a los gatos, me aseguré de cerrar bien la casa y salí al patio donde los niños y el Dragón me esperaban emocionados
Subí, me puse los googles y jalando las riendas despegamos rumbo a EspañaSiempre era agradable viajar en el dragón, al elevarnos, dejamos atrás las casas que se fueron transformando en pequeñas lucecitas que se alejaron de nosotros poco a poco.A lo lejos alcanzamos a ver los techitos rojos de las casas de Real del Monte y muy cerca de ahí..., el lugar prohibido para mi:"La peña del Zumate"Al mirarla, una sonrisa iluminó mi rostro y un fugaz pensamiento cruzó mi mente...-¡Ni siquiera lo pienses!- oí resonar la voz del tío Eynar dentro de mi cabeza. La sonrisa se borró de mi rostro y resignada decidí continuar el viaje.
La vista era espectacular, pasamos sobre cerros, lagos y largas extensiones multicolores. Llegamos a la playa, desde lo alto vimos a Beto jugar con pookie, ambos nos hicieron un saludo y nos alejamos sobre el Mar hasta llegar a nuestro destino, cosa que no fue difícil, gracias al mapa que David les envió ayer a los niños para que puediéramos llegar sin problemas a casa de Roshellita.Leo, Xana y Melitta estaban ya esperándonos en la puerta, apenas aterrizó el dragón, los niños bajaron de un salto y entraron corriendo a la casa.
Nos despedimos y noté que Xana estaba un poco preocupada por dejar a Leo con los niños y aunque lo acompañaba Monikin, temía que ambos se aburrieran. Pero antes de salir, escuchamos que Alex les preguntaba al resto de los niños:-¿Todos trajeron sus linternas?-¡¡¡Siiii!!!- contestaron felices-Xana, Melytta y yo miramos a los niños -que al sentirse observados intentaron disimular-después nos miramos, sonreímos y supimos que no tendrían tiempo de aburrirse.
Abordamos el dragón y volamos rumbo al día de campo.Mientras volábamos, comencé a contarles mi fascinación por la Peña del Zumate:- Hace tiempo, mi Tío Eynar me platicó que una vez al año, la peña se abre y si se logra entrar a ella, el tiempo se transforma, quien que esté adentro, sentirá que habrá pasado un día, pero al salir, se dará cuenta que ha pasado un año. Seguramente se trata de una puerta en el tiempo y no resisto la curiosidad de ir a investigar, pero lo tengo prohibido, pues no estamos seguros de que forma afectaría nuestros poderes, ni de los peligros que se tendrían que sortear.-Por favor, por favor, por favor...cúbranme. Cuando lleguen, solo díganle a los demás que me quedé dormida, que necesito descansar y que no intenten despertarme, prometo tener cuidado y no tardar.
No muy convencidas accedieron, me recosté lo más cómoda que pude, salí de mi cuerpo y en un ave nocturna volé sobre la Peña justo cuando estaba abriéndose. El interior era como una cueva y en el fondo pude ver a 6 u 8 criaturas bípedas de no muy alta estatura semejantes al Austrolophitecus. Tres de ellos desgarraban una presa con extraños instrumentos en forma de garra, los otros construían sencillas herramientas y las hembras amamantaban a los cachorros y se calentaban junto al fuego....Y ahora estaba ahí, temblando de miedo y sin saber que hacer.Poco a poco fuí venciendo el miedo, y entré en sus mentes, para poder ver, oler, probar lo que lo que cada uno de ellos estaba viviendo. Para vivir a su manera y aprender su forma de vida. Y así, pasé el día siendo cada uno de ellos.
Al día siguiente, me despertó el aletear impaciente del ave y me transporte a ella. Era hora de regresar a casa. Al llegar a mi ventana, abandone al ave y entré a mi cuerpo. Lentamente abrí los ojos y ví las verdes alas membranosas de mi tío Eynar, moverse acompasadamente, mientras cerraba la ventana-¿No ibas a quedarte con la curiosidad verdad?- Me preguntó-Desde el principio sabías que no- respondí cabizbaja, pero no arrepentida-Te lo advertí, pero eres muy necia, ¿Estás consiente de que avanzó el tiempo verdad?-No me regañes... ¿Tu me trajiste?-Cuando tus amigas vieron que no despertabas, decidieron llamarme-¿Qué sucedió? ¿Se arruinó el día de campo?-Descansa, ya hablaremos mañana- Salió del cuarto y cerró con un portazo.
La luz de la mañana entraba intensamente por la ventana, me incorporé con pereza todavía y permanecí sentada un momento en la cama. Miré el reloj de pared, eran más de las 9:00, voltee a mirar el calendario, y me sorprendió la fecha: ¡30 de abril de 2005!-¿Pero como?-me dije -se supone que debió haber pasado un año-Aturdida aún por el cansancio trataba de explicarme lo sucedido, cuando un leve destello sobre el buró atrajo mi atención: ¡El medallón del tiempo!, y con el, una nota: “Apresúrate, no querrás llegar tarde”-¡No hay duda de que aprendió a manejarlo! -pensé-Salte de la cama y agregué emocionada: ¡Huele a Carnita Asada....!

Ahora la cadena crecerá en tres direcciones México, España y Holanda, para que esto suceda les pido a:
Ministry of Silly Walks, Melytta y Kalf, que cada uno escriba una historia que inicie con la frase: "De niño lo que más amaba...."


"DE NIÑO LO QUE MAS AMABA..."

De niño lo qué más amaba… ¿sabes qué era? Supe que no iba dirigida a mí, se la hacía a sí mismo. Por tanto, intuí… esperé la respuesta. Él era mayor que yo, lo suficiente para serlo, sin ser un adulto, lo insuficiente para sentirnos iguales. Esa justa diferencia marcaba todos, cada uno de los puntos y comas de nuestra relación.
Llegó a mí en el lote de los amigos de mis hermanos, el hermano mayor del amigo de mi hermano pequeño. Por casualidad, o no, nadie lo sabe, una tarde de verano, un poco sosa, apareció en la cancela acompañando a su hermano, que había aceptado la invitación del mío, para venir a nadar en la piscina. Él ni siquiera traía bañador, me fijé bien. Él no venía a quedarse. “Sobre que hora vuelvo”, le oí preguntar, lo había adivinado, se marchaba. Los perros salieron para acompañarle a la puerta, yo también.
Antes de descorrer el cerrojito que siempre decía “aaaaaaAAAAAAAYYYYYYyyyyyyy” vi su bicicleta, le había puesto la cadenita de seguridad ¿quién se la iba a llevar? “Que bici más chula”, por vez primera reparó en mí, en esa niña flacucha entre los perros. Sus ojos se iluminaron mientras me explicaba que era nueva, un regalo por sus buenas notas.
Le invité a que me la enseñara, presté todo el interés del mundo mundial mientras me hablaba de frenos y piñones, acepté su proposición para montar en ella, al tiempo que el lugar de destino lo decidía yo, “al árbol”. Un retorcido y viejo olivo donde me perdía a solas para sentir el viento cálido de la tarde, hurgar en la tierra, o descubrir si el capullo de las amapolas que andaban por allí eran gallo o gallina.
Se convirtió en una cita sin hora, la señal de salida la ponían nuestros hermanos, pero ambos sabíamos que el otro acudiría. A veces no intercambiábamos una palabra, cada uno a lo suyo, otras no parábamos de inventar juegos. Él era mágico tenía todas las respuestas, la suficiente o insuficiente diferencia de edad jugaba a su favor y al mío, yo era mágica porque le hacía sentirse así a él.
Me fui convirtiendo en una inmejorable compañera, no quería renunciar a estar con él, me interesaba todo cuanto tenía para darme, todo cuanto me pedía.
Apareció la complicidad, me llamaba “Pequeña”, yo a él le di numerosos nombres, derivados, aumentativos, diminutivos, de uno, del suyo propio. (Si lees esto sabrás que eres tú).Ese verano me oí decir, por vez primera en mi vida ¿dónde vas con tanta prisa? Me incomodaba la pregunta, pero, hoy, puedo reconocer lo que me hacía sentirme molesta. Eran las tácitas preguntas encadenadas de los adultos, detrás de la prisa se escondían por qué, para qué, con quién y la verdadera ¿Qué estás haciendo mientras yo no te veo? Entonces es cuando te planteas qué no estoy haciendo que tanto les interesa y la complicidad encierra secretos. En el hueco del tronco viejo, del viejo olivo, tal vez sigan allí algunos de los nuestros, si es que sigue en pie el olivo, no lo sé, hace años que no he vuelto ¿Y tú lo has hecho?
Transcurrió el tiempo, aprendí. Llegó el invierno, la primavera, no supe nada nuevo de él, sabía cuanto necesitaba. Le recordaba al pensar en el pasado verano, al sentir que el siguiente estaba cada vez más próximo.Oí una voz, parecía la suya, lo era y no. Salí al jardín, estaba allí, parecía él, era él y no. No estaba, la diferencia, entre mi recuerdo y él, en todos y en cada uno de sus rasgos físicos, estaba en mí, en lo que yo sentí al reencontrarme con él. Voy más lejos, en lo que percibí, sobre mi, cuando me vi en sus ojos. Le seguí hasta la cancela, como la primera vez, rodeada de los perros, que parecían reconocernos mejor que nosotros mismos, ahora un vacío “oKupaba” mi estómago. Pasé por delante de él, por el camino fui pisando los terrones de tierra de los sembrados, como tantas veces, buscaba algo a lo que aferrarme para no reconocer la pérdida. Al volverme para mirarlo no me encontré su sonrisa como eco de mis juegos, como tantas veces. Caminaba derecho con las manos en la espalda. Llegamos juntos hasta el viejo olivo, era evidente, la suficiente diferencia, o insuficiente, que había marcado los puntos y las comas de nuestra relación, que jugó en su favor y el mío, ahora se burlaba de nosotros.Entonces fue cuando se formuló la pregunta: De niño lo que más amaba ¿sabes qué era?Sentí miedo, pero no era miedo a lo desconocido, ahora puedo ponerle palabras, era un miedo triste porque anunciaba pasado, un miedo culpable, con matices de responsabilidad, porque yo no quería llevar sobre mí la carga de haber sido alguien amado y ya no.“Pensarás que soy tonto ¿Cómo vas a saberlo si nunca te lo he dicho?” Intuí… un niño jamás pensaría que se le considera tonto, haga lo que haga, diga lo que diga, es más, su enfado puede ser ilimitado ante la mínima insinuación al respecto. Ese era un sentimiento importado, aprendido, así como sus gestos; se tocaba la barbilla, sus ojos se perdían por encima de mí. Intuí… cuando un adulto va a decir algo de sí mismo se siente tonto, se esconde detrás de sus manos, su mirada necesita estar libre de fronteras.“Lo que más amaba cuando era un niño, era serlo”. Entonces sí me miró, con infinita nostalgia me recorrió despacito, desde mis sandalias polvorientas hasta la cinta azul de mi pelo, volvió a desviar la mirada y le oí susurrar: “Pequeña”.

Ahora reto a
Carlos el hormigo, te enredo, tu post debe comenzar con la frase “Cada día es un tesoro”...

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